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domingo, 10 de noviembre de 2013

The Reflektors

Facepalm: la portada lo dice todo (?)
Desde que anunciaron la participación del amado-odiado James Murphy  en la producción de Reflektor, daba por sentado que el estilo de la banda apuntaba a una nueva propuesta musical, algo más controversial que lo hecho con anterioridad. Reflektor es un doble álbum (lo cual en formato digital no tiene ninguna importancia) que según la wikipedia ha sido influenciado por la música haitiana, la película BlackOrpheus y algunos escritos de Kierkegaard. El arranque destruye todo lo que creíamos saber sobre Arcade Fire, “Reflektor” es un tema disco ochentero con cameo de Bowie incluido, por ahí tiene unos minutos demás pero sin duda es un buen tema – “If this is heaven, I need something more” –. Y así es, nos dan más en  “Normal Person” que es el hitazo del álbum, no sé si rock o no pero suena de la conchasumare. Con “Flashbulb Eyes” la historia es otra, uno de los pocos temas de corta duración y muestra perfectamente la influencia centroamericana del disco. “Here Comes the Night Time” es un temazo muy disfrutable perfecto para la hora loca, cuyos tambores oscilan rítmicamente de batucada a reggaetón clásico, con esto rompen el rumor de que ellos nacieron viejos solo para hacer pop barroco.  El bajo se luce la mayor parte del disco, especialmente en “We Exist” y “You Already Now”, cierra la primera parte del álbum “Joan of Arc” donde vuelven al rock y a los corillos. La gran deuda es con los violines.


Con The Suburbs se alzaron de manera inesperada con el grammy al álbum del año, y eso que su lanzamiento también generó opiniones divididas entre sus seguidores al igual que Reflektor, al menos la segunda parte de su último álbum tiene mucho más romanticismo que la primera y busca moldear algunos himnos como en sus primeros trabajos. Así llega “Awful Sound (Oh Eurydice)” y “It’s Never Over (Oh Orpheus)”  temas bastante interesantes, menos suerte para “Porno” que se hace extenso pero tiene lo suyo (tal vez titula así porque te bastan 3 minutos y no la reproducción entera – si entiendes a lo que me refiero –) No todos los temas deslumbran por sus letras como el comienzo de “Afterlife” -“Afterlife, oh my God, what an awful word”- (lo escribió en el baño creo) aunque en defensa de este último debo asegurar que es un tema musicalmente interesante.


OJO: puedes estar totalmente equivocado respecto a la valoración de este álbum si no le das más de una escucha, poco a poco vas a ir enganchándote, aunque de lejos no sea el mejor álbum de AF pero si te hará pasar un excelente momento oyéndolo.